ValsaÃn- Boca del Asno- ValsaÃn (por camino de las PesquerÃas)
Desnivel acumulado: 200 m
Duración: 3 h sin perderse y 4 h 30 con el plus
Dificultad: 1 Senderismo
No sabÃa que ruta elegir. QuerÃa visitar el Alberche, Somosierra, el Pinar de ValsaÃn. Elegà el Pinar de ValsaÃn, por ello de la familiaridad de la sierra de Guadarrama. TenÃa que ir solo hasta allà y ya sabeÃs lo poco que me gusta conducir. Tuve que pasar el Puerto de Navacerrada con sus 7 revueltas.
ValsaÃn está nada más pasar este puerto y antes de llegar a la Granja. HabÃa quedado allà a las 9:30 con los Espinariegos en el dÃa del cambio de hora. Me costó horrores levantarme a las 7:30 de la mañana. LLegué un poco tarde, a veces también soy impuntual.
El bar lo abrÃan a las 12:00. Con lo que nos fuimos a buscar otro. En la Hilaria al borde de la carretera del puerto nos tomamos el café de rigor y planeamos la ruta. SeguirÃamos un itinerario descrito por Alfredo Merino en el Mundo. En realidad dos, ya que querÃamos, primero ir desde ValsaÃn a la Boca del Asno por la Dehesa de Navalrincón y luego ir al Cojón de Pacheco. HabeÃs oÃdo bien, una tremenda roca en forma de…vaya con el tal Pacheco. La toponimia de la zona tiene su gracia.
Comenzamos, acertamos a la primera por el camino de inicio, cosa que no es nada fácil cuando no se conoce la ruta. Seguimos las indicaciones del papelillo hasta que una vez cruzado el arroyo de los Acebos quise darle un poquito de dureza al asunto subiendo por otro camino que se dirigÃa hacÃa un mirador. Silvia me puso mala cara pero nos siguió.
Cuando vas con un mapa supones que sigues un camino marcado en él, si los indicios -altitud, rumbo, referencias…- que vas viendo no concuerdan con las del mapa…chungo, te estás perdiendo. Descansamos y comimos algo y poco después de reanudar la marcha, Silvia se quedó bajo un pino con un walkie, mientras Txema seguÃa el camino de la derecha con otro walkie y yo seguÃa subiendo intentando llegar a lo más alto con otro walkie… Txema, este camino no me gusta 1300m y sigue subiendo. Carlos, este tampoco va dirección SW y no sur. Tercera opción volver al arroyo de los Acebos y retomar la ruta del papelillo.
Esto de orientarse mola y de descubrir nuevos caminos. El bosque de pinos está lleno de senderos y con un mapa de escala 1:50000 es dÃficil orientarse. En realidad es posible que en vez de tomar un camino dirección Sur, lo tomaramos SW.
TenÃamos que llegar a la fuente del Lino. Fué la fuente del tÃo Linos lo que se leÃa en la tabla de madera clavada en un pino, si no es por esta indicación hubieramos seguido por otro sendero. Hay que estar atento a todos los indicios para orientarse…
En la boca del Asno comimos tirados al lado del rÃo Eresma. Y luego un sueñecito… Con la vuelta que habÃamos hecho de más ya no dió tiempo a ir a ver el Cojón de Pacheco.
Fué la marcha de los sentidos, el ruido del agua al correr es increÃble, los pájaros, un bichejo parecido a una abeja con un aguijón enorme que hace un ruido caracterÃstico, vimos setas entre ellas un NÃzcalo, eso es lo que dijo Silvia. Ãrboles con el fruto rojo, azul. Robles con los colores del Otoño. Acebos. Pinos muy altos. Lástima que mi conocimiento de la flora y fauna sea tan escaso y sólo sepa de esos seres inanimados llamados piedras.
También olores pues al acercarnos a ValsaÃn de vuelta, recorriendo el camino por el lado izquierdo del rÃo Erema se olÃa la leña quemada de los fuegos con los que estaban cocinando la carne que se estarÃan zampando los “dominguis” en ValsaÃn.
Y de vuelta pasando por Los Asientos, otro área recreativa llena de familias en un dÃa plenamente veraniego, también nos encontramos para nuestra sorpresa un acueducto, el puente de los Canales en el llamado Camino de las PesquerÃas (que es el que seguÃamos). Un canal de madera sobre 27 pilares de piedra que llevaba el agua desde el aserradero de ValsaÃn hasta el Palacio. Y estaba allà y nosotros sin saberlo.
Nos sentamos en el bar de la plaza. ¡ Pues ya no servÃan! A las 16:30. Pues a la Hilaria. Estaba hasta arriba de gente terminando de comer platos y platos llenos de comida. Por la mañana sólo estábamos nosotos…
En definitiva maravillas de la naturaleza como esta no se merece uno perderse.
Carlos