EXCURSIÓN 19 DE JULIO. DE VUELTA POR COTOS

Una semana después volvimos por Cotos. Esta vez el cielo despejado y el sol prometía “pegar” de lo lindo.

La ruta elegida era otra: Cotos (1830 m)- Peña Cítores (2180)- Hermana Menor (2268 m)- Cotos

Duración: 3 h aprox. Dificultad: Baja

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Nos encontramos de nuevo en la Venta Marcelino. Los integrantes de esta excursión ibamos a ser Alberto y Alejandra (que repetían de la semana anterior),Mónica, María (en la jornada en la que iba a subir sus dos primeras cumbres) y Javier y yo que subíamos desde Cercedilla.

Peña Cítores

Después de esperar a que Alberto se terminara su supertostada con cierta pereza comenzamos a andar a una hora poco montañera. Había que encontrar el sendero que salía desde detrás del Club Alpino Español. Costó unos cuantos saltos de valla. Desde que está protegido el Parque de Peñalara, n han dejado de poner puertas al campo para protegerlo de los “desalmados” y “destructores” humanos.

Tanto conservacionismo me altera y deja escapar mi antiecologismo. Soy un amante de la montaña y no un amante de la prohibición y del NO se puede.

Dejamos a nuestra izquierda el sendero bien marcado que se dirigía a la pista Zabala y tomamos un camino más allá de las vallas del parque mal indicado por unos puntos amarillos descoloridos y borrosos. El límite del parque es la linea de cumbres que separa la provincia de Madrid con la de Segovia, a este otro lado es como si no importase nada…

El camino aunque en subida constante que hacía que las conversaciones se terminasen subía cómodo hacia las cumbres. Tomamos rumbo a Peña Cítores. En el collado pudimos observar una fortificación circular del batallón Alpino
En la cumbre nos seguimos haciendo fotos como auténticos “paparazis

Javier sacó una botella de vino y todos nos asombramos de que llevara semejante peso en la mochila. Después de “reponerse” nos dirigimos a la Cumbre de Dos Hermanas para bajar a Cotos por el camino bien marcado con objeto de no salirse y erosionar la flora revegetada.

Llegando al puerto paramos en el mirador de la Gitana, “jugamos” con un reloj de sol plantado en el suelo y bebimos agua fresquita de la fuente. Pasamos por el centro de Interpretación del Parque y vimos un renacuajo convertido en sapo en una de las dos únicas vitrinas disponibles.

Esta vez no me llevé ningún CD y libro de las jornadas científicas celebradas anualmente y que se pueden consultar en www.parquenaturaldepenalara.org

Una bonita excursión para iniciarse en esta bella afición del montañismo. Y para los montañeros convencidos una buena ocasión para seguir disfrutando. Y como siempre en buena compañia.

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