CRÓNICA EXCURSIÓN 20 DE ENERO

TíTULO: LOS PERSONAJES

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Hasta el mismo sábado a las 9:00 no sabíamos quienes íbamos a disfrutar de este día magnífico. Al final y sin contar los que se “rajaron” a última hora el grupo lo formaban Javier, Nuria y Berta invitados por mí, Irene invitada por Berta y Mario invitado por Javier. 6 personajes en dos coches, el de Javier y el de Irene.

Paramos en Patones de Abajo para tomar un café y ver la ruta sobre el mapa.

Itinerario: Pontón de la Oliva- Poblado del Atazar- Pontón de la Oliva

Altura min 750 m. Altura Máx: 1100

Duración: 4 horas

Comenzamos la ruta en la presa del Pontón de la Oliva (Esta presa fue construida por orden de Isabel II en 1851 pero no funcionó por las filtraciones de agua ya que el terreno donde se encuentra son calizas Karsticas. El agua se tuvo que tomar 6 Km más arriba en la presa de Navarejos. En 1858 llegó el agua a Madrid). Esta es una zona en la que los escaladores práctican su deporte en las paredes calizas del valle.(foto)

Nada más empezar y el primer despiste, bajo hasta la orilla del río Lozoya creyendo que el camino discurre por allí. Subimos otra vez hasta encontrar el sendero y ya se oyen voces contra el guía. Esta ruta la realicé el 15 de Febrero del 2004 pero no se retienen todos los detalles.

He de confesar que elegí esta ruta porque quería experimentar con el mapa digital introducido en el GPS. No me estaba funcionando, no obtenía los satélites. De vez en cuando volvía a sacar el GPS y lo intentaba de nuevo, no me canso de intentar las cosas hasta que salen. Y me funcionó, la maquinita me indicaba exactamente en donde estaba, la velocidad y la altitud.

Llegamos a una pradera que luego desde la altura se vería como la zona de inundación del río. Esta observación no la hice yo sino Javier.

Continuamos el sendero que dió a parar a un camino del servicio del Canal de Isabel II. Ahora estábamos siguiendo el camino del Canal de la Parra. Este camino está señalado por muñecos azules pintados los árboles y las piedras y con paneles informativos de las construcciones que se encuentran.

Lo primero que vimos fue una mina de ataque. Posteriormente la almenara de sedimentación en dónde se retenían las arenas para que no se colmatase el canal.

Se pidió una paradita para tomar algo, as¡ que paramos y Javier sacó su botella de vino mientras contaba las excelencias de la ciudad de Haro.

Un poco más allá la presa de Navarejos. No llegamos a la presa de la Parra porque esta vez el camino a seguir se desviaba hacia el poblado del Atazar. Nuria, a la que le parecía que nuestro ritmo era demasiado lento iba en cabeza y se había desviado hacia el poblado siguiendo las indicaciones del muñequito azul.

Comenzaba una pequeña subida en la que se dejó de hablar. Hacía un día primaveral con las plantas en flor, entonces salió el tema del cambio climático al que expuse mis peros a Berta (ver anteriores comentarios).

Llegamos a las casas situadas al borde de la carretera que son el albergue diocesano de Juventud. Dimos unas poequeñas vueltas para ver donde comíamos, lo queríamos hacer viendo la presa del Atazar (la presa es la más grande de la comunidad de Madrid con una capacidad de 425 Hm3, una superficie de 1070 ha, una coronación de 484 m y una altura de 134m. Es una presa de bóveda gruesa de doble curvatura) pero desde allí la vista estaba empañada por la tela métalica. Javier sacó las salchichas acompañadas de guindilla roja, Nuria fruta, Berta la tortilla casera, Irene iniciaba el ritual para hacerse un buen bocadillo, Mario se tomaba el bocadillo que le habían hecho en el bar de la mañana y yo los que me había preparado la noche anterior esta vez con pan de verdad y no de molde como es mi costumbre. Saqué el chocolate de rigor para seguir alimentando mis neuronas con azucar.

A las 4 de la tarde después de pedir agua en el albergue retomamos la ruta para volver al inicio. Teníamos que darle un poco más de alegría al cuerpo ya que Irene tenía que estar en Madrid a una hora en concreto. Es por esto, que ella y Berta tomaron la delantera y en un momento dado viendo que los muñequitos azules giraban a la derecha, los siguieron. El camino que hasta ahora subía hasta situarse a los 1100 m lo continuó haciendo. Esto y el hecho de haber cambiado bruscamente de dirección me hicieron sospechar que no era el camino correcto. Lo corroboré con el mapa y posteriormente con el GPS. Estábamos subiendo por un cortafuegos que nos llevaba a la cumbre Cancho de la Cabeza. Gritamos para que pararan pero nada. Me adelanté para alcanzarlas y menos mal que pararon!!. Mientras tanto Nuria le decía a Mario que el subir era muy bueno para los glúteos.

Retomamos el camino original que nos conducía a la carretera por donde terminamos nuestra ruta.

Antes de subir al coche nos hicimos la foto de grupo. Está vez la tradicional visita al bar de después de cada excursión se realizó una vez llegados a Madrid.

PD: La próxima excursión será el 3 de Febrero. El que se haya perdido esta tiene otra oportunidad de disfrutar de la naturaleza y de buena compañia como siempre, de unos cuantos PERSONAJES como nosotros.

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