Los colores del otoño expresados en los melojares, castaños, robles y helechos, la lluvia constante y la niebla fueron los protagonistas. Pero también hay que disfrutar de este paisaje ya que
tiene su encanto.
Aunque es verdad que la niebla impidió subir y ver los paisajes
desde lo alto de la Peña de Francia y visitar las Batuecas.(Por otra
parte algún que otro dÃa he estado en las Batuecas)
Tampoco iba a dar tiempo a todo y vimos otros pueblos, compramos
cosas tÃpicas, visitamos las edades del hombre y hasta una
exposición de 1300 orinales. HabeÃs leÃdo bien, orinales. Nos los
explicó el dueño con mucha gracia. Hay gente “pa to” y a este le
regalan orinales el dia de su cumpleaños.
Todo esto significa que habrá que volver a la zona en primavera para
observar el paisaje con sus colores tÃpicos cambiando los tonos marrones por los verdes. Y
además…recabé información sobre los caminos y senderos de la zona.
(Erase una vez Carlos y un sendero y lo quiso caminar…)