CRÓNICA. EXCURSIÓN AL PICO URBIÓN (2ª PARTE)

La Ascensión
Nos dirigimos hacia Vinuesa y luego hacia la Laguna Negra. Dejamos los coches en el aparcamiento. Comenzamos. Fotos de rigor. Y 2,5 Km de subida por la carretera asfaltada hasta la base de la laguna.

En la laguna pudimos observar los paneles informativos sobre la flora y fauna del lugar y la geología. ¡No se han olvidado de la geología! ¡Qué sorpresa!. La sierra de urbión cuenta con circos glaciares asociados a las lineas de cumbres. El fondo de estos circos se identifica con cubetas de sobreexcavación, coincidiendo con áreas tectónicamente débiles. Este es el caso de la Laguna Negra y de la Laguna Larga por la que pasaremos.

Empezamos a subir por el senderillo que nos dejará al borde del farallón en donde observamos la laguna. El sendero tiene esculpido una especie de escalerita, es algo exigente pero no muy largo.

Ya casi arriba María y David se arrancan a cantar “voy en busca de una laguna…” El mal de altura suele aparecer mas arriba pero..

Empezamos a tener que elegir camino, los dos parece que llevan al mismo sitio, pero decidimos subir un poco más. Desde aquí solo nos queda tomar la buena dirección. Tomo la delantera con el mapa en la mano, mientras que Txema y Ruben exploran otros caminos.

Ya hemos sacado nuestro juguetito, los walkies, con los que Txema y yo nos intercambiamos impresiones. Creo que voy por buen camino y sigo sin vacilar. A mi izquierda dejo una loma de piedras. Son las morrenas (depósitos) laterales del glaciar.

El camino pasa junto a la laguna Larga. El cielo sigue gris, con algún que otro nubarrón pero estos corren velozmente debido al viento.

Llegamos a un colladito en que habían dejado la ventana abierta, el viento nos golpeaba violentamente hacíendo que sacáramos nuestros corta vientos. Y yo el gorrillo rojo que nunca me calo hasta abajo parecíendo que tengo un menudo cabezón. Yo pensaba en lo íncomodo que lo pasaríamos con ese viento si nos acompañaba hasta la cumbre, pero afortunadamente no fué así.

Y un poco más allá la ventana se cerró. El fuerte viento es una de las cosas más desagradables en la montaña y puede provocar estropicios como bajar la temperatura corporal bruscamente.

Hora de parar al resguardo de unas rocas y tomar algo. Seguimos con la torta, cacahuetes, frutos secos…

Seguimos. Se veía la meta más a nuestra derecha antes teníamos que subir otro repecho y luego otro más. Desde aquí podemos observar la laguna larga a lo lejos y todo el camino recorrido.

Ya solo falta el último estirón y alcanzamos la cumbre. Fuí el primero en llegar, pero no por nada especial, tenía ganas de observar desde la cumbre como subían los demás, el circo glaciar de la otra vertiente con el lago Urbión y de hacer un poco el “cabra” por las rocas. No todos tocamos el vértice.

Después de medorear por la cumbre, enderezar una cruz de hierro torcida y de hacernos la foto de rigor, vuelta.

Antes de la vuelata David nos dió la segunda clase de Geología, los materiales que observabamos eran conglomerados depositados en un ambiente deltaico pero claro estaban en lo más alto gracias a la orogenia Alpina. Más abajo podíamos ver areniscas.

Después de unos comentarios sobre Geología-Ficción comenzamos a bajar.

Sobre las 14:30 el hambre hacía mella, casí a la vez paramos dejamos las mochilas y nos pusimos a sacar el cargamento de comida que cargabamos a la espalda.

En una horita continuamos nuestro camino de regreso pensando en el café que nos tomaríamos en el pueblo de Vinuesa.

En total fueron unas 4-5 horas con un desnivel acumulado de 1000 m. Una excursión asequible sin grandes esfuerzos y complicaciones pero con muchas gratificaciones y recompensas.

Y sobre todo la gran satisfación es haber ido con una estupenda compañia.

Que se repita pronto

Carlos