LOST IN ICELAND. EL DIARIO (I). EL ESPECTÁCULO DE LA TIERRA

DÍA 1º LA LLEGADA A REIKIAVIK

El aeropuerto de Reikiavick, como era de esperar es pequeño. Lo primero que miré al pasar por el “finger” fue el cielo. Nublado, no me sorprendió. Nos dirigimos a recoger el Suzuki Grand Vitara y los “voucher” (las reservas de los alojamientos).

Mientras Nuria empezaba a realizar el papel de interpréte y conseguía los papeles cada uno de nosotros salíamos a comprobar la temperatura exterior. Yo la equiparé a la temperatura de Febrero en Madrid. A lo largo del viaje la temperatura oscilaría entre 9 y 12 grados. Esto sí, el viento soplaba con fuerza haciéndose en ocasiones incómodo.

La segunda incógnita que ibamos a despejar era comprobar si entraba todo nuestro equipaje en el Suzuki Grand Vitara. Justito y a presión. 5 mochilas grandes más 3 pequeñas. En aquel 4 x 4 ibamos a crear un especial microclima a lo largo de la semana.

Llegamos a Reikiavick. Y más que ganas de ver la ciudad teníamos ganas de comer. La cena en el avión fue un Sandwich y un bocadillo compartido de tortilla. El desayuno del vuelo entre Londres y Reikiavik otro Sandwich, está vez de Pastrani. Me sentó fatal y no me gustó nada de nada.

Vimos una iglesia, que como se puede observar en las fotos, la vimos muy bien, un parque, un lago y las edificaciones de pocas alturas.

Después de comer en Red Chili unas hamburguesas como nunca habíamos tomado. (Ya hablaré de la comida islandesa), nos dirigimos a nuestro primer albergue en Laugarvatn. A lo largo de los días nos ibámos a dar cuenta que “vatn” significa lago. Pues en Laugarvatn había un lago, pero solo una parte restringida y vallada era de agua caliente.

Del camino de Reikiavick a Laugarvatn se encargó Guada y el copiloto fui yo. Por primera vez veíamos el paisaje que nos acompañaría por la isla. Una carretera asfaltada de doble carril con postes a los lados para indicar el nivel de nieve a los lados y fuera de la carretera, la nada o pistas de grava.

También había alguna que otra desviación en la carretera y una vez tomamos la equivocada. Quisimos retomar la general metiéndonos por un atajo y este atajo se quedó a 50 m de la general, ni el 4×4 lo podía salvar.

El albergue estaba en obras y curiosamente en el país que no hay árboles, todos los andamios están construidos de madera.

Nos dimos una vuelta por la zona, descubrimos la primera sauna al lado del lago. Nuria se coló y conversó con los lugareños. Estos estaban muy orgullosos por las maravillas de su país con sus contrastes. En la Tierra de hielo, el agua salía caliente del interior de la tierra.

Pero en la puerta del albergue nos esperaba el jacuzzi con agua caliente. Abrimos el grifo y el agua a 30º comenzó a salir. Mientras la temperatura exterior era de 11º aproximadamente, el cielo estaba gris y chispeaba, nosotros solo nos atrevíamos a sacar la cabeza del agua. Estamos acostumbrados a que cuando hace mucho calor, nos metemos en la piscina. Allí no, cuando hace frío uno se mete en la piscina. Que pena que aquí no haya piscinas a 34º en Invierno, con lo que me gustan las piscinas.

¿Que nos depararía el día siguiente? Teníamos que encontrar más agua caliente donde bañarnos. ¿Cómo sería la primera noche sin noche?. En verano en Islandia hay 24 horas de luz, no se esconde el sol, es el llamado sol de medianoche. De lo que no se esconde el sol, es un decir ya que siempre está detrás de las nubes. Solo nos faltaba que algún Islandés nos dijera que gozan de buen tiempo en la isla.

Por eso más de la mitad de los islandeses han estado en España de visita. Y para los que me han pedido datos, digamos que han sido de las preguntas más habitales: Islandia tiene una extensión de 103000 Km2 (como Portugal, mas o menos) con unas dimensiones de 500 Km de Este a Oeste y de 300 de Norte a Sur y 300000 habitantes. De los cuales 180000 viven en la capital. Por tanto ya sabeís el porqué de LOST IN ICELAD. ¿Hay alguién ahí?

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