Había una vez un campesino gordo y feo que se había enamorado (¿cómo no?)
de una princesa hermosa y rubia…
Un día la princesa -vaya usted a saber porqué-
dio un beso al feo y gordo campesino…
y, mágicamente, éste se transformó
en un esbelto y apuesto príncipe.
(Por lo menos , así lo veía ella…)
(Por lo menos, así se sentía él…)
Jorge Bucay. Cuentos para pensar